El Patrimonio Arquitectónico
A la entrada del pueblo se encuentra el Pairón de las Ánimas, una columna perteneciente a la época barroca que fue construida en sillar de piedra arenisca rojiza y rematada con una cruz metálica que se sustenta en una esfera pétrea que se asemeja a la pieza del peón del ajedrez. Este es uno más de la enorme colección de pairones que pueblan el Real Señorío de Molina en todos sus rincones, a las entradas de las aldeas o en los cruces de los caminos.
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El casco urbano está estructurado en torno a dos plazas. El aspecto de sus casas es de aparejo de piedra caliza con tonalidades entre gris y marrón. Normalmente las fachadas están pintadas con un mortero de cal y arena rosácea, aunque algunos edificios conservan el aspecto de piedra seca. Los edificios pueden tener hasta cuatro plantas, que contrastan con los más pequeños de una sola. Un elemento característico son las escaleras que elevan ligeramente las edificaciones del suelo.
La iglesia parroquial, que está dedicada a la Asunción, fue construida en el siglo xvii a base de sillar y sillarejo de tonos intensamente rojizos. A poniente se alza la espadaña, que termina en un remate de tipo triangular muy rebajado. La puerta de entrada se abre en el muro sur, ante un atrio abierto, y es semicircular y adovelada. El interior se conforma por dos naves renovadas recientemente: tiene un pequeño retablo mayor de origen barroco al que han acoplado a sus laterales otros dos del mismo estilo. En el centro se encuentra un cuadro de la Virgen María en Asunción, como patrona de la iglesia y del pueblo. Y junto a ella destaca una talla de San Juan Bautista. Los altares laterales adosados en la cabecera del templo presentan un magnífico Cristo de talla, así como a San Roque, la Virgen del Rosario y la Virgen de la Cabeza.
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También destaca en el pueblo la Casa Grande, una típica casona molinesa, de planta cuadrada, con puerta principal adornada de diversas molduras, rematando en sencillo frontón. Las ventanas bajas y del piso van también decoradas en sus cercos con molduras barrocas, pero el escudo de armas que había sobre la puerta fue vendido hace unos años a unos anticuarios.
A las afueras de Orea se emplaza una ermita de planta cuadrada y con tejado a cuatro aguas dedicada a la Virgen de la Soledad. Esta construcción que alberga los pasos de Semana Santa está encalada y deja ver un arco labrado de piedras rojas sobre la puerta. El interior está bien conservado y tiene suelos embaldosados y paredes pintadas.